[ Continúa la entrevista con Jose María Gadea]
Pero detengámonos en un punto importante. ¿de donde salían los civiles? Hemos de decir que voluntarios no faltaban, había mucha gente dispuesta a hacer cualquier cosa por salir de donde estaban, el problema es que no todo el mundo servía para aquello. Se buscaba gente con habilidades “especiales”, gente que supiese moverse utilizando los recursos disponibles. Gente que supiese que tenía que coger y que era lo más valioso. Y luego evidentemente se buscaban brazos fuertes. Pero también había un problema y es que la gente tenía miedo de salir al otro lado. Mucha gente había vivido experiencias traumáticas con los zetas y no se sabían como iban a reaccionar al volver a verlos. Por otra parte se pensó en que los equipos SCR podrían ser una especie de premio para los tipos valiosos o como recompensa por hacer bien un trabajo.
¿Podría hablarme de alguna de sus expediciones? Al parecer, y si nos creemos lo que dicen, pertenecer a los equipos SCR aseguraba un futuro brillante además de una atención personalizada de los servicios de intendencia.
Si de verdad nos creyésemos todo lo que dicen habríamos derrotado a los zetas el primer año de guerra – responde amargamente José María- Olvídese de todo lo que le han dicho, los equipos SCR eran una autentica picadora de carne. ¿ha encontrado en sus indagaciones el numero real de personas que pertenecieron a los equipos SCR? ¿algo sobre el incidente en Husillos, la Azucarera y la mitad del equipo muerto por una imprudencia de los miembros civiles? Porque lo que nunca le han contado es que los civiles eran tratados como miembros dispensables del equipo, si alguien caía, bueno siempre había unos cuantos millones más de posibles trabajadores deseando salir de su T-7 para recibir una mejor alimentación y trato.
Por lo que dice el trabajo de civil era complicado en los equipos SCR…
Sí- dice rápida rotundamente- Mire, todo eso de que éramos unos héroes y que llevábamos la esperanza a las tierras libres… pues mire, me parece una gilipollez. Nosotros éramos saqueadores, allá por donde pasábamos nos dedicábamos a coger todo lo que podíamos sin pensar en las consecuencias. No le han explicado que en índice de supervivencia en todas las zonas cercanas a cualquier vía del tren de la meseta son los más bajos de todos? ¿no? No me extraña. Nuestro trabajo era despojar a los pueblos de todo lo que nos podía ser útil sin tener que pensar en los supervivientes que había por aquellas zonas. Creo que les jodimos más nosotros que los zombies. A aquella gente la matamos, así dicho simplemente. Eliminamos su capacidad de seguir existiendo, de forrajear, acabamos con unos recursos que les podían haber sido más útiles a ellos que a nosotros – comenta bastante enfadado.
Por otra parte estaba el índice de bajas … ¿en sus notas que pone? ¿un 10% por viaje?
[Le respondo afirmativamente]
Los chicos de relaciones publicas se han portado estupendamente con usted – dice irónicamente – creo que la verdad es que se ajusta más a un 15-20%, aunque es probable que nunca se sepa. Si hay un registro seguro que está bien escondido.
Para saber porqué había tantas bajas tendríamos que hablar sobre como funcionaban los SCR en el campo de batalla [Chema sonríe divertido]. ¿por donde empezamos? Veamos. Los SCR estaban compuestos por un contingente militar y por otro civil. De esto ya hemos hablado antes. Lo que no he mencionado es como funcionábamos los civiles. Nos agrupábamos por escuadras de 10 hombres diferenciándonos en escuadras de veteranos y de novatos. Pececillos, chicos V(erdes), y motes similares. Quiero dejar claro esto porque normalmente las bajas se producían entre los Pececillos. Por norma general cualquier pececillo había sido antes de la guerra un chico de escritorio, el cual debía ser tremendamente listo e inteligente en su trabajo pero era una nulidad ahí fuera. Muchos de ellos eran reclutados como castigo, sabiendo los mandos que lo que hacían era o bien librarse de ellos rápidamente o bien crear a alguien útil para la sociedad. Suena duro pero es la verdad. Mi teoría es que había algo, un plan maestro o algo por el estilo y que los equipos SCR servían para eliminar a los torpes e indeseables de las poblaciones locales ¿Por qué sino la calidad de los reemplazos era siempre tan mala?
Por otra parte estábamos los Veteranos, que antes de la guerra habíamos sido gente con experiencia en la vida, eso no quiere decir que fuésemos todos criminales, tan sólo digo que aquellos que habían sufrido privaciones o que habían estado justos en su anterior vida se sabían mover mejor cuando todo esto estalló.
¿Cómo funcionaban los SCR?
En las escaramuzas lo normal era dividirnos el trabajo entre las escuadras. La mía tenía la misión de encontrar vehículos funcionales. Esto incluía casi siempre furgonetas, tractores, camiones, grúas, excavadoras. Nunca cogíamos turismos, nos limitábamos a vehículos industriales. Había una consigna no escrita en la que los vehículos debían llegar con las ventanillas enteras, porque sencillamente no había repuestos para ellas, tal vez por eso los “profesionales del coche” éramos tan demandados.
Luego estaban los equipos encargados del combustible, estos se dedicaban a vaciar las gasolineras, los depósitos de gasoil, los tanques de los coches, y cualquier otro lugar donde pudiesen encontrar combustibles. El tercer grupo de importancia era el dedicado a obtener medicamentos, ya fuese en farmacias, o si la cosa estaba jodida en hospitales. De estos tres grupos el más complicado era el tercero ya que normalmente los hospitales, ambulatorios o farmacias presentaban un alto índice de zetas.
Y luego teníamos al resto de los equipos, compuestos por la mayoría de los pececillos que se dedicaban a asaltar las casas en busca de cualquier cosa útil, y es evidente que estos se encontraban con muchos problemas. Zombies que salían de debajo de las mesas, de los armarios (jeje, mal chiste dice José María), y que sorprendían a los pobres pececitos.
Todo el material que obteníamos lo sacábamos a la calle y lo cargábamos en los vehículos recién adquiridos. Una vez que se hubiese cumplido el tiempo establecido, es decir, cuando los zetas volviesen a venir nos largábamos echando patas. En Husillos se les pasó el tiempo. Al parecer hubo una mala comunicación entre los militares y los civiles y estos se quedaron atrapados en el pueblo. ¿mal asunto verdad? ¿a que de esto no le han hablado? Curiosamente solo se habla de lo bien que lo hicimos, los éxitos que tuvimos (que no fueron pocos, no lo niego), pero desafortunadamente nos hemos olvidado de los que se quedaron por el camino.
Los novatos eran carne de cañón, si sabías dirigirlos cumplían su papel pero normalmente la acababan cagando. No estaban acostumbrados a tratar con los gules, ¡muchos de ellos no habían visto ni siquiera uno! Eran normales las reacciones de pánico, de quedarse atontados al ver a algún niño zombie. Algunos se meaban en los pantalones al ver a aquellas cosas, ¡lo juro! ¡los vi con mis propios ojos! Y sin embargo entre tanto T-7 sin valor alguno surgía un chupatintas de escritorio con la suficiente cabeza y habilidad como para seguir viviendo. ¡Darwinismo en acción!
- ¿Perdón?
Si, hombre, Darwin, ya sabes, el autor del origen de las especies. Tampoco es que lo conozca mucho, pero por lo poco que he leído dice que solo los más aptos sobreviven. Sólo aquellos que consiguen adaptarse a su entorno tienen posibilidades de sobrevivir. Evidentemente si sacas a un puto T-7 de su entorno de escritorio y lo metes en la jungla lo más seguro es que llegue el Tigre y se lo coma. Así que el corderito de escritorio que ha ido sobreviviendo va evolucionando hasta convertirse en el mayor hijoputa despiadado que puedas encontrarte. [Jose María sonríe de forma felina . Da miedo]
martes, 31 de marzo de 2009
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