[María Goroizola me saluda al entrar en su la habitación donde reposa actualmente. Veo numerosos tubos que entran y salen de su cuerpo. Aunque roza los sesenta años su espíritu permanece inalterable, no así su cuerpo consumido mortalmente por el cáncer. Los doctores no le dan mucho tiempo. Posiblemente esta será la última entrevista que de. ]
No sienta lástima, es lo que hay, ya sabía cual era mi destino cuando decidimos quedarnos, es por toda esa mierda que respiramos durante todos estos años. AL final tenía pasó lo que tenía que pasar y es que hemos ido cayendo uno a uno durante estos años. El primer fue Andrés, luego Mario, Walter, y ahora me ha tocado a mí. En fin, creo que al final nuestro esfuerzo sirvió de algo.
Estábamos en Trillo, ¿lo conoce? ¿Ha estado? Pues es un entorno precioso, cerca de Guadalajara pero lo suficientemente lejos como para que te encuentres en plena naturaleza. Es un sitio muy bonito. Y allí estábamos nosotros, en la recarga anual, todo estaba parado, durante dos meses la central paraba y nos dedicábamos a arreglarlo todo, a cambiar todo aquello que fuese susceptible de que se fuese a estropear. Y mientras nosotros trabajábamos en la tele se hablaba de la rabia sudafricana, de la cuarentena israelí y de otras cosas. Supongo que nos preocupamos ¿Cómo no íbamos a hacerlo? Todos teníamos familia fuera de allí, pero en aquel paraje la sensación de que algo malo estaba pasando era mínima. Nos habíamos estado preparando a conciencia para cargar un nuevo tipo de combustible, en teoría con una duración diez veces superior al óxido de uranio enriquecido. Si todo funcionaba bien seríamos la primera central nuclear del mundo en utilizar aquel combustible y todo gracias a un programa de enriquecimiento de uranio creado en Japón…. Jejeje, aquellos cabroncetes no querían arriesgarse a utilizarlo en una de sus centrales, por eso nos lo ofrecieron, y ¿Cómo íbamos a decirles que no? Si funcionaba podríamos reutilizar todo el combustible que se había estado usando durante varias décadas y que estaba almacenado en los vertederos nucleares.
La situación fue empeorando, no parábamos de recibir llamadas de nuestros familiares diciendo que lo dejásemos todo y que nos volviésemos. Muchos de los que estaban decidieron volverse, pero otros muchos decidieron quedarse. Había algo en el ambiente, no sabría como definirlo, tal vez fuese que sabíamos lo que iba a pasar y que nuestro deber era estar allí, o tal vez es que éramos lo suficientemente tontos para no enterarnos de nada. Fue difícil ser un espectador en aquellos días.
Creo que fue sábado, o tal vez domingo, no lo recuerdo muy bien, cuando llegaron las tropas del destacamento de Guadalajara. Vinieron en sus grandes camiones transportando cientos de toneladas de equipo diverso. Nos dijeron que la planta quedaba bajo la autoridad del ejército y que no había motivos para preocuparse, lo cual nos preocupó aún más. Fue el coronel Sauquillo el que nos expuso a los ingenieros lo que realmente pasaba. Nos contó lo de los zombies, y la plaga que asolaría todo el mundo. De alguna parte del entramado burocrático habían surgido varios planes de contingencia, uno de ellos era mantener las centrales nucleares funcionando todo el tiempo que fuese posible. El ejército buscaba la colaboración de los civiles en todo aquello, pero no podía obligar a nadie a realizar un trabajo que posiblemente acabaría con todos nosotros al final. Lo entendimos, creo que todos lo entendimos. Se nos pedía que nos sacrificásemos por el bien de la humanidad. Sauquillo nos habló con un lenguaje sencillo y claro. Recuerdo perfectamente sus palabras “¿alguno de ustedes se ha quedado sin luz una hora en su casa? ¿Y como se ha sentido? No puede poner la tele, no puede cocinar (a menos de que tenga gas), el micro ondas no funciona y con suerte uno de cada tres tendrá velas en su casa para pasar la noche. ¿Se imaginan lo que pasaría si esa situación se prolongase durante… semanas o peor aún meses? Que volveríamos a la barbarie más absoluta. Somos lo que somos gracias a que no tenemos que preocuparnos sobre como alumbrarnos o como cocinaremos nuestra comida. Esta central puede seguir produciendo electricidad durante mucho tiempo, puede que no todo el mundo esté ahí para recibirla, pero estoy seguro que habrá aldeas, pueblos o ciudades donde la sensación de encender una bombilla sea una sensación de esperanza. Por eso les pido que sigan aquí y que no abandonen sus puestos” Nos quedamos todos.
Aquellos militares sabían lo que hacían. Primero cortaron todos los accesos a la zona, volando puentes, provocando desprendimientos y cegando túneles. Luego se dedicaron a construir un perímetro exterior con la ayuda de los lugareños, en cosa de un mes aquella zona parecía un fortín. No se puede hacer otra cosa que elogiar a aquellos muchachos por el trabajo que realizaron, de verdad creo que ellos son los que merecen el homenaje y no nosotros. A fin de cuentas era nuestro trabajo.
Con el tiempo enseñamos a algunos chicos a manejarlo todo, no entendían nada de porque aquello sucedía, tan solo sabían que si el indicador marcaba tal entonces debían hacer cual ¿menudo peligro verdad? Pues así estuvimos… ¿tres años y medio? Liberaron Madrid y luego fueron derechitos a rescatarnos. NO es que lo necesitásemos, no estábamos muy mal, no es que aquello fuese estupendo pero no nos podíamos quejar. Éramos la primera prioridad cuando se lanzaba ayuda área, y siempre que necesitábamos algo allí estaba el servicio aéreo para darnos todo lo que necesitábamos, si en el fondo remaos los niños mimados de la intendencia ¿tal vez fuese porque hacíamos que sus chismes estuviesen encendidos?
De las nueve centrales solo permanecimos nosotros funcionando durante todo el conflicto. Ascó tuvo que operar a mitad de potencia porque se le acababa el combustible. Almaraz I y II aguantaron durante un tiempo pero al final cayeron bajo la presión Zeta. Garoña aguantó por poco tiempo, fue barrida por la horda zombie que se hizo con la meseta. Zorita estaba parada y se abandonó a favor de la nuestra . Finalmente Cofrentes aguantó hasta su liberación aunque su reactor tuvo que ser apagado ante el riesgo de un fallo masivo.
Sin embargo nuestro esfuerzo tuvo un enorme peaje. Teóricamente puedes trabajar allí sin el menor riesgo durante algunos meses, pero claro, cuando los meses se transforman en años la posibilidad de que acabes sufriendo algo es bastante elevada, y ese creo que ha sido mi caso. Mi luz se apaga, pero durante mi vida, encendí otras muchas.
[María se sumerge en un plácido sueño inducido por la morfina que invade su cuerpo. Contemplo a la mujer y salgo sin hacer ruido, consciente de que la mujer está en sus ultimos días.]
Hola!
ResponderEliminarMuy interesante, me gusta la idea de que las centrales nucleares fuesen prioridad, muy lógico. La trama ¿la vas a ir metiendo poco a poco no?
Saludos!
Si, supongo que iremos evolucionando, así a grandes rasgos será retirada, aguante en el norte, ataque, contraataque zeta, victoria!
ResponderEliminarY el tema da para mucho!